Un gato y un perro, mejor que un caldo de gallina para el alma



Mi amor por los animales siempre ha sido una parte importante de mi vida. Desde niño, siempre he tenido mascotas en casa y no puedo imaginar una vida sin ellos. 

Actualmente, tengo dos perros y doce gatos, y al observarlos no dejo de sorprenderme cómo cada uno de ellos tiene su propia personalidad y me aporta algo diferente.


La conexión con mis perros es especialmente fuerte. Son mis compañeros guerreros, guardianes de mi hogar y de mi persona, sé que darían la vida por mi así como yo la daría por ellos.

Me encanta ver cómo disfrutan de todo sin complicaciones,  jugamos rudo y en ocasiones me hieren sin querer, otras solo observo como se divierten. Además, de que son muy leales, siempre están dispuestos a darme cariño y consuelo cuando lo necesito después de un día difícil.

Mis gatos también tienen su propio encanto. Aunque son más independientes que mis perros, es muy difícil que se dejen cargar por mucho tiempo en mis brazos. Pareciera que intuyen cuando me siento estresado o cansado porque es cuando se acercan  dispuestos a jugar y darme mimos. Disfruto ver cómo se relajan cuando les acaricio y me transmiten esa relajación olvidando mi estrés.

Tener mascotas en casa me ayuda a superar las emociones negativas de muchas maneras. Me obligan a salir de mi propia cabeza y a prestar atención a ellos. Cuidar me distrae de los problemas y me hace sentir más presente en el momento. 

Además, el hecho de jugar con ellos me obliga a moverme, lo que me ayuda a liberar el estrés y a sentirme mejor física y emocionalmente.

Pero lo que más me gusta de tener mascotas es la sensación de hogar que me dan. Llegar a casa por muy culero que haya estado el día y ser recibido por ellos con tanto amor y alegría es una de las cosas más reconfortantes que conozco. 

Me hacen sentir amado, protegido, y siempre me dan una razón para sonreír. Tenerlos a mi lado ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Me han dado tanto de sí mismos que no sé cómo podría agradecerles. 

Si alguna vez has tenido una mascota, seguramente sabes de lo que hablo. Si todavía no tienes, te animo a adoptar una. Te aseguro que no te arrepentirás.