Soliloquio en noche de insomnio

 

 
 
 
Hola, como está usted. Espero que muy bien. Bueno aunque yo se que está muy bien, más que bien diría yo. 

Pero no me refiero a eso. Si no, como me la trata la vida. Como le ha ido, como está su salud, y no solo la física, no, no, no me refiero solo a esa. 

Como está usted emocionalmente, espiritualmente, psicoespiritualmente. 

Si porque, pues, pasan muchas cosas en el mundo, en la ciudad donde vivimos. Fea y bella a la vez. Pero bueno aquí estamos, sufriendo y llorando en éste valle de lágrimas. Aunque no tiene que ser de lágrimas. Deseo que sea de alegría y paz. 
Tanta que reparta con cada ser que tenga contacto con usted.
 
En fin. Espero esté bien y que nunca le machuque un tren. 
Porque no ha de ser bonito terminar echo pedazos por un armatoste de esos. 
Pero Dios Santo que estoy diciendo. Perdone mis incoherencias. 
Ha de ser la cafeína a estas horas de la noche. 
Pero es que con tan poca agua que hay, pos uno ya hace el café bien cargado, poca agua, espeso, casi como atole. 
Hasta pensé en beberlo a cucharadas. ¿Cómo ve usted eso? 
Era como un atole de café, pero si viera que rico estaba. 

Usted si tiene agua? Como le ha ido con los cortes programados que está implementado el gobierno? 
Lo que me cae mal es no poder llenar la alberca. Llegar acalorado y echarme un chapuzon junto a mis perros. 
No sé qué voy a hacer con ese pozo lleno de mosaicos tan azules tornasol y tan hermosos. Bueno a mi me lo parecen. Será que el azul es uno de mi colores preferidos. Ya le había contado eso? Creo que no verdad? 

En fin ya no se donde empecé, ni como terminar. Bueno terminar no. Eso no se oye padre. Digamos mejor concluir éste mensaje soliloquio desde la cama en mi recámara , viendo pal cielo con la ventana abierta, sintiendo el aire fresco de éste cerro tan hermoso que tengo de hábitat.
Buena, noche, buen día, buen sueño. Buena vida.