Strike One


Strike One

¿Por que lo habrá hecho? Aún se preguntaba la maestra mientras trataba de concentrarse para dar la clase a sus alumnos de sexto grado.

Si Ricky siempre había sido un alumno tranquilo, quizá un poco extraño en comparación con los demás alumnos de la clase, de quienes sabía algunos ya compraban marihuana al señor del triciclo que se ponía afuera de la escuela; pero Ricky, el que se sonrojaba cuando lo sorprendía observándola detenidamente, el que tartamudeaba y le temblaban las manos al dirigirse a ella, del que pensó sería el único de la clase que podría llegar a salir del medio social en el cual vivía.

A veces se cuestionaba si valía la pena educar a estos pequeños, “futuros delincuentes” como les decía su esposo.

La imagen que se había hecho de Ricky se vino abajo el fin de semana pasado, cuando asomó a la ventana al escuchar gritos afuera de sus casa; observó a su esposo que acababa de llegar medio ebrio como tantas otras veces, tenía de los cabellos a un niño que pateaba y gritaba tratando de huir, salió a la calle y grande fue su sorpresa al ver de quien se trataba, Ricky guardo silencio en cuanto la vio salir.

-Mira a la rata que encontré tratando de abrir tu carro para sacar el estereo!-

-Yo lo conozco, es mi alumno-

Ricky bajó la bajó la cabeza al ver la cara de desilusión de la maestra, la cual se transformó en ira al dirigirse a el.

-¿Por qué? ¡Vamos habla! ¿o llamo a la policía?

-¡Háblale que esperas!, hazlo por su bien, si lo dejas así al rato va andar asaltando bancos- decía su esposo.

La Maestra entró a su casa, y a los cuarenta minutos de haber sentido los picahielos color miel de la profesora clavarse sobre el, ya iba en una patrulla esposado de una de las varillas del techo, con la mano que llevaba libre ya como pudo, sacó un sobre que guardaba en uno de sus bolsillos, el cual fue tragando trozo a trozo en el trayecto al Consejo Tutelar para Menores. Cuando llegó y lo pasaron a revisión le pidieron que se desnudara, al quitarse la playera, cayó una rosa roja maltratada que traía escondida.

Pancho Salinas 1995