23 oct 2014
Brujas reales en Monterrey, cuando las cosas van mal aún pueden ir peor.
12 jun 2014
Cómo superar la nostalgia.
Día del Padre
Hubo un tiempo en el que gustaba mucho del alcohol, tirar balazos y tener varias mujeres e hijos regados a los cuales aún hoy no conozco. Le desagradaba que yo usara el pelo largo y el mismo metía las tijeras y maquinita cuando veía que me estaba creciendo. Fue tal vez por eso que a partir de que falleció lo use largo, como apache.
Papá falleció a unos días de mi graduación de la secundaría, aún así asistí. Fui solo, mi hermana llego un poco después. Conservo una foto de ese día y salí de espaldas.
De adolescente uno es bastante duro para juzgar, mi relación con papá al momento de su muerte era áspera, pero me dolió muchísimo. Todo fue tan repentino.
Un día discutes con el y a las siguientes horas ya no está. Ahora que a pasado el tiempo y no le tengo conmigo, pienso que le entiendo mejor. De hecho algunas personas de mi familia dicen que me parezco demasiado a el.
Si aún viviera, vería con agrado que ya me corto el pelo solo, que tengo mi kit de corte y que inclusive les he cortado el pelo a algunas personas cercanas a mi. Así lo hacia el, ahora lo hago yo.
¿Y ustedes aún tienen a su Apá?
30 may 2014
¿Por qué la gente se acerca a ti? ¿Qué hay detras de la bondad qué predican? Amén
Amén
Manejaba por la calle 5 de Mayo en el centro de Monterrey, el tráfico era lento, estaba a unas cuadras del templo a San Judas Tadeo y eran fechas de celebración. Resignado ante la lentitud de los vehículos me concentre en la música de Pink Floyd en mi reproductor.
De una camioneta la vi bajarse acompañada de su madre. Veintitrés años habían pasado y el tiempo le había favorecido. Devota empedernida, la vi entrar al templo del brazo de la anciana con un porte imponente como siempre.
La conocí cuando me hablaron de un despacho de abogados después de un sinfín de solicitudes en agencias de empleo. Llegué a la entrevista y me atendió ella, secretaria de la directora del negocio.
En ese entonces era bastante inexperto y poco interesado en quedar bien con la gente, aún y cuando ésta fuera una mujer con un hermoso escote y crucifijo en entre las tetas, por eso cuando sentí la entrevista que rayaba demasiado en lo personal me resulto imposible disimular mi molestia. Se percató de ésto y dio por terminada la entrevista.
-¿Te gustaría quedarte con el empleo?-
Me tomó de sorpresa
-¿Depende de ti que me quede con el empleo?-
Esto según yo para aterrizarla y recordarle que ella era solo la secretaria, no la responsable del despacho. Pero esto no la incomodo en lo mas mínimo, se encamino a un privado que estaba a unos metros de nosotros, entro y salió, se paro en la puerta de éste y me hizo una seña para que me acercara. El resto del personal volteo a verme cuando entre a la oficina principal.
Me recibió una señora, abogada de mirada dura, tenía mis datos en su mano y haciendo como que les daba una leída volvió la mirada hacia la chica que estaba parada en la puerta detrás mío. Luego me vio de nuevo.
-Selene dice que eres la persona ideal para este puesto, si quieres quedarte, aquí se usa corbata, no importa que traigas saco o no, pero corbata siempre. Tenemos un prestigio y una imagen que cuidar ¿Me entiendes? No tatuajes, no aretes, no jeans. Si te interesa, Selene te hará el contrato y explicara tus funciones-
De momento solo asentí, me quede en la pendeja, ni chance me dieron de preguntar sueldos, horarios, etc. La pinche Selene me había dado una cachetada con guante blanco. Era la secretaria, pero tenía voz y voto y con el tiempo me daría cuenta que era querida y muy respetada entre el personal que ahí laboraba. Tenía una relación bastante parca con ellos, pero respetuosa, era el enlace entre la abogada dueña del despacho y el personal. Yo, poco sociable en esa época con gente que no estuviera en mi frecuencia, comía solo y mi relación con los demás se limitaba a las horas de trabajo y nada más.
20 mar 2014
Aprender del error ajeno ¿Hay amores que son para siempre?
Besame Mucho
Don Lupe estaba sentado en la banca del parque que está atrás de una guardería, ahí por Hilario Martínez, cerca del Hospital Infantil. En su carretón de madera tenía nopalitos, flor de palma, coliflor y otras hierbas desconocidas para mí. Me detuve porque tenía ganas de nopalitos y cuando los compro en HEB siempre me salen… ¿Cómo decirlo? Medio ácidos. Pensé era mi imaginación, pero le hice este comentario a Don Lupe y me dijo que no los sabían cortar, ya que se requería madrugar para hacerlo si no “se enágrian”, también tiene su chiste cortar la flor de palma, si no sabe como amarga.
Y la verdad es que los nopales del mercadito o de los señores que venden en la calle sí me saben diferente. Con la explicación dada por el señor me convenció que no es cosa mía.
Compré dos bolsitas, a diez pesos cada una; ya me los imaginaba bien guisaditos con su respectivo pico de gallo, ajo y aceite de oliva, en tostadas con aguacate, me acuerdo y se me hace agua la boca.
“Radio Recuerdo, en el 860 de Amplitud Modulada”, se escuchaba en el radio que tenía encendido Don Lupe. Le pagué con uno de cincuenta y me dice que no tenía feria, me crucé la calle lo más hecho madres que me permitían mis noventa kilogramos de rock que cargo en mi hermoso cuerpo para ir a feriar en la tiendita de enfrente del parque, me compré unos chocorroles y me regresé otra vez hecho madres por mis nopalitos. Cuando llegué de nuevo al carretón, el señor estaba parado, recargado en él con la cabeza agachada y apretando fuertemente la madera. En la radio sonaba la canción que da título a este post “Bésame mucho”; al principio no presté atención a la música, lo primero que se me vino a la cabeza es que Don Lupe estaba enfermo. ¿Se siente mal Don? Le pregunté, al tiempo que le toqué el hombro, se estremeció al sentirse tocado, como si lo hubiese sacado de un trance, levantó la mirada y pude verle los ojos rojos, vidriosos, aguantándose el llanto. No me respondió, sólo me dijo “¿Consiguió feria?” Le di los veinte pesos de las dos bolsas de nopales mientras él se limpiaba el rostro con un pañuelo, después de un suspiro por fin dijo: “lo que se le viene a uno con una canción, siento como un remolino aquí adentro cada que la oigo”. Guardé silencio y me senté en la banca para escucharlo, Don Lupe se estaba desahogando.
“Ahorita estoy solo, tuve un hijo pero lo veo cada que se acuerda que tiene padre, pero hasta cierto punto lo entiendo, nunca quise a su madre, que en paz descanse, aunque nunca la traté mal, nunca despertó en mí eso que despertó mi Dolores, estuve a punto de casarme con ella, ya la había pedido, pero una semana antes me agarré la borrachera y me desaparecí, no llegué a la boda, se me fue el tiempo, desperté en casa de la mujer con la que me casé y tuve un hijo, siempre pensé que me había echado algo en la cerveza, le juro que perdí la noción del tiempo, ella era gallera, peleaba gallos ahí en el palenque, ahí la conocí y agarramos el pedo, bueno yo, ella andaba como si nada. La Dolores nunca me perdonó, se fue pal otro lado y ya no la vi, hasta hace como cinco años allá por la Villa de Guadalupe, se me hizo verla de lejos, me dijeron que nunca se casó, me quería un chingo, le desgracié la vida. Ella me cantaba esa canción, le gustaba mucho. Siempre que la escucho me dan un chingo de ganas de llorar y siento un remolino bien cabrón en la panza”.
Yo no sabía qué decirle, nomás de verlo y escuchar cómo hablaba con la voz entrecortada se me hacía un nudo en la garganta. Gracias a Dios él fue el que siguió hablando. “Bueno mi amigo, ya no lo perturbo con mis tonterías de viejo chillón, así es uno cuando se pone viejo, ya cualquier chingadera le mueve el piso”. El semblante le había cambiado, me lo imaginaba como cuando sale el sol en la ciudad después de una lluvia repentina en verano. Así le vi el rostro.
20 feb 2014
Café, Marlon Brandon y Gastritis
Me desocupe demasiado pronto de mi cita y la siguiente la tenía como dos horas después. Desde que empezó el desmadrito en nuestro estado evito comer, beber y hasta cargar gasolina en la carretera, esto debido a malas experiencias que han tenido compañeros de mi lugar de trabajo; así que solo a lo que voy y me regreso, me funciona y así me siento mas seguro. Antes era una chulada salir a trabajar fuera del área metropolitana, hoy casi nadie quiere estas rutas.
Mis ganas de café eran muchas. Me detuve en el primer Seven Eleven que vi. Me estaba preparando mi café, y un señor de algunos sesenta años, se acerco a prepararse uno también pero el vaso mas grande, volteo a verme y se rio de mi vasito. Que vasito tan chiquito amigo, apoco con eso tiene. La verdad no pero la pinche gastritis luego no me deja, le contesté mientras le daba un sorbo y abría mis barritas de avena. Aijuesupinchemadre que pinche sufridera con esa chingadera, yo la padecí chingos de años, cargaba cajas de ranitidina, melox, peptobismol y cuanta madre me encontraba, pero todo eso es también puro pinche estrés, no solo es lo que comes sino todo lo que uno carga acá adentro.
Ya habíamos caminado a la salida y el seguía hable y hable. Vio el carro de mi trabajo y señalo con un movimiento de cabeza. ¿ Ahí jalas? le contesté igual moviendo afirmativamente la cabeza. Yo estaba parado en la puerta del carrito de mi trabajo y el en la puerta de una Ford Lobo Tritón cuatro puertas. Pinche viejillo anda a pie me dije a mi mismo. ¿Y te va bien ahí mijo? Tan bien como a usted no pero no me quejo, le contesté. El ni caso hizo a mi chistecito por que le estaba dando una mordida a una dona y un trago a su café. Después como que recordó que estaba platicando conmigo. Te voy a dar una receta de rancho con lo que se me quitó la gastritis, tu sabes si la haces, pero funciona; todas las mañanas muele una papa cruda con agua y te la avientas en ayunas y mira, santo remedio, a chingar a su madre la gastritis.
Yo igual de mamón que el por no hacer caso a mi chistecito, nomas me hice pendejo dándole un sorbo a mi cafecito. El siguió hablando. Y te estresas mucho en ese jale? Por que yo así estaba pero con la receta esa y también valiéndome madre un poco los problemas es como se me quitó al cien.
Le contesté con una pregunta. ¿Y a que se dedica que le causa tanto estrés? A la ventas, soy comerciante. Ya para entonces estaba con la puerta abierta de su camioneta y yo al volante de mi carrito. Bueno amigo suerte con su gastritis. ¿Con quien tuve el gusto? me dijo. Yo de pendejo le dije mi nombre y el ya encendía la camioneta; al ver que ya no iba a decir mas le grité de carro a carro.¿ Y usted como se llama amigo? Marlon Brandon y tiro una carcajada. Pinche viejillo gracioso, aunque viéndolo bien si le daba un aire a Marlon Brandon pero con un aire norteño mexicano.
Subió el vidrio de la camioneta y aproveche para salir salir del estacionamiento. Aún no terminaba mi maniobra cuando se detuvieron tres camionetas del ejercito atrás de nosotros, pero se fueron directo a Don Marlon Brandon. Encendí las intermitentes y un soldado se me acerco. Pa donde señor. Para Monterrey oficial, le conteste todo culeado. Se asomo a mi carrito, me vio a los ojos y vio el logotipo en la puerta y después de una pausa breve me dijo ok, rapidito por favor señor. Le hizo señas a los otros para que se movieran, salí y ya no fui a la siguiente cita que tenía. Me regrese de inmediato y sin escalas. De don Marlon Brandon ya no supe si solo era una inspección de rutina ó si traían algo con el. Yo pa tras ya no volteo, capaz que me convierto en sal.